miércoles, 13 de noviembre de 2013

Christmas is coming...


Pues parecía que no, que estaba muy lejos... pero anoche vi el nuevo anuncio de la lotería, -que por cierto, no es que me haya entusiasmado precisamente, muy impostado, y mucha dentadura postiza y otras cosas postizas- y en los estantes de los supermercados ya están hace tiempo las peladillas y hojaldrinas, así que es cierto. La Navidad está en camino.

No sé cómo tomármelo. Hago constantes cuentas mentales de lo que se avecina, y la verdad es que a ratos me asaltan temblores sólo de pensarlo.... porque yo eso de la paga extraordinaria, ya me gustaría echarla de menos, como los funcionarios... no la he tenido en la vida... o sí... una vez... en tiempos de Mórdor....

Bueno, a lo que vamos. Mis hijos ya tienen cada uno un ejemplar de catálogo de juguetes de gran tienda española que pasa por malos momentos, y ya han hecho varias revisiones rápidas del mismo, con el mantra: lo tengo-lo tengo-lo tengo-lo quiero-lo quiero- lo tengo-lo quiero.... pero aún no terminan de definirse en cuanto a la intensidad de su entusiasmo por nada. Así que habrá que hacer sesiones de mentalización sobre las bondades de alguno de los juguetes que me gusten a mi, y que estén dentro de presupuesto, claro. Que la monarquía últimamente anda de capa caída, y los Reyes Magos no son menos.

Lo que hace falta que se decida a ponerse un poquito navideño es el tiempo. Porque debe ser que el cambio climático también anda ya de camino, que el frío no se decide este año. Por la mañana hace fresquito, sí; pero a mediodía hay que ponerse manga corta, así que hasta que no podamos subir a los altillos la ropa de invierno, y cambiar las colchas por los edredones, ni hay sitio para el árbol, ni esto es Navidad, ni nada. Que no digo yo Navidades blancas, claro, que en Córdoba eso está difícil, pero un poquito de chimenea, quien la tenga... da ambiente.

En fin, que está ahí mismo, ya. La Navidad, digo.