miércoles, 11 de agosto de 2010

TAUROMAQUIA CATALANA

Yo es que flipo. No es muy literario esto de flipar, ya lo sé, pero yo es que flipo. Estoy ojiplática total después de lo visto. Qué afición a prohibir hay últimamente, oiga. Algunas prohibiciones me han caído hasta simpáticas, la verdad, como la del tabaco. Lo siento, pero estoy más que harta de tragar humo en los bares, antiguamente en el trabajo, EN CLASE, cuando estaba en la Universidad, porque los de letras son tan bohemios que hasta los profesores fumaban en clase sin restricción ninguna... menos mal que yo me fui a Inglesa y allí ya éramos ladies and gentlemen, y había algo más de educación... si no, a estas alturas tendría un cáncer de pulmón.

Pero a lo que vamos; hay cosas que no entiendo, las mire por donde las mire... Prohibidos los bollos en el colegio; se van a sustituir las máquinas de vending por unas que expendan fruta. A mi la fruta me encanta, pero vamos, que les auguro un exitazo...

Prohibidos los toros en Cataluña. Las corridas de toros, claro. Los CORREBOUS, como no son fiesta nacional, pues eso "ya veremos", como dicen las madres cuando saben que te van a levantar el castigo. Esto es absolutamente ridículo, de verdad. Y el momento no puede ser peor. No sé cuantos puestos de trabajo se van a llevar por delante con esto, pero dada la que está cayendo, con que fueran tres, ya serían suficientes para dejarlo correr de momento, y son "alguno que otro más" (creo).

Yo no soy objetiva en este tema. Nací en una familia en las que las dos ramas, cada una procedente de un punto de España, han sido más que aficionados a los toros por generaciones; y aunque hay gente que se enamora del toreo siendo ya adulto, yo lo mamé, literalmente. Para mi es como un cuadro del salón. Asistí a corridas desde antes de nacer. Me chupé una detrás de otra sentada en el portabebé y posteriormente en la escalerita de acceso a los tendidos con mi hermano. Jugaba de pequeña, entre otras muchas cosas, a las corridas de toros; y de pequeños tuvimos un carretón en miniatura (un toro de madera de los que se usan para entrenar) con cuernos de verdad, que nos hizo mi abuelo.

Qué quiero decir con esto? Que para mi los toros son como la feria de Mayo, como el festival de los patios y como la Cabalgata de Reyes (esta última ya mismo la convierten en el desfile o desfila de Invierno, no?); una cosa que pasa y que se disfruta. Tampoco soy idiota. Sé que es algo llamado por la lógica a desaparecer, está claro. Pero la demagogia no ayuda. De hecho, han ido a prohibirlo en una plaza que hace siglos que no se llenaba, excepto en las dos últimas intervenciones de José Tomás. Si lo hubieran dejado correr, se habría extinguido solo, no habría empresa interesada en el tema, como ha ocurrido en tantos sitios. Pero al prohibir qué se consigue?? reacciones. Y todavía no sabemos algunos hasta dónde pueden llegar.

De momento, todos están cabreados. Los antitaurinos, porque tienen que tragar más de una año de corridas hasta que la nueva y democrática ley prohibitiva entre en vigor. Los taurinos, porque les van a dejar sin toros... Ahora se dedican todos, cada vez que hay corrida en la Monumental de Barcelona, a enfrentarse unos a otros y llamarse de todo, menos bonitos.


Entiendo que sí, visto desde fuera es un espectáculo basado en el sufrimiento de un animal, pero es mucho más que eso. No me voy a poner ahora a desgranar las virtudes del Arte de Cúchares, pero sí a pedir un poquito de porfavor: que parece que es la única cosa a tener en cuenta, joder... que cualquier animal que nos comemos, qué pensáis, que lo anestesian?? Pues va a ser qúe no. Y no lleva una vida tan estupenda como los toros de lidia, exceptuando los cerdos ibéricos, que lo pasan por estilo, el resto de animales se pasa su "vida?" entre cuatro tablas, produciendo leche, o engordando sin parar hasta que pesa lo suficiente para que lo degüellen y desangren y nos comamos después nosotros lo que se saque de ahí.  Y quitando los vegetarianos convencidos, que los conozco también de primera mano y están casi todos descoloridos y anémicos; no sé de nadie que se eche las manos a la cabeza para comerse un filete o un marmitako de atún. 

Los que más me gustan son los antiaurinos-ecologistas-vegetarianos-enemigos de los abrigos de piel que con echar la vista abajo un poquito, visten cinturones o zapatos de cuero... es de las cirugías estéticas de las vacas, no??? Amosanda!!!

Lo dejo, porque me voy por los cerros de Úbeda, pero vamos a ser un poquito consecuentes... no veamos la paja en el ojo ajeno a través de la viga del nuestro, no?

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