sábado, 30 de enero de 2010

EL ESPIRITU DE POCOYÓ

Mi hijo ha superado ya los dos años, concretamente anda por los 27 meses y hemos llegado a la etapa REBELDE SIN CAUSA... Esto, en la práctica se traduce en una curiosa predilección semiológica por el vocablo NOOOOO!!! y por el fregado de suelos propios y ajenos en cualquier momento a modo de masaje tailandés, es decir, usando todo su cuerpo y la ropa que lleve puesta, a la vez que atruena al personal con su melódica y susurrante vocecilla.



Yo intento pasármelo, hablando en plata, por el arco del triunfo. Pero no es fácil... nada fácil, para ser exactos. Ya apuntaba maneras desde que era un pequeño pies grandes (nació con un tamaño casi idéntico al de ahora) y agarraba cabreos que hasta nos llevaban a urgencias pensando que tenía algo malísimo, y de donde salíamos a deshora, a veces esquilmados porque por más correr lo llevábamos a un hospital privado, pensando que estaba gravísimo y sin explicación ninguna. El puñetero niño, por supuesto, se dormía antes de que lo viera el médico, y retomaba el pregón en cuanto lo despertaban con el frío del estetoscopio...



Es un timador... hace lo que le da la gana, y nos maneja. La última rabieta es siempre porque se ha hecho gruppie... no puede vivir sin POCOYÓ. Entra por la puerta y quiere ver pocoyó. Nos sabemos los capítulos de memoria, su pobre hermana ha desistido de ver la tele, yo no sé ni lo que es, pero todos los días tenemos un recital de mi pequeño tenor a cuenta de TEROOO POCOYOOOOOO!!!! y claro, qué ejemplo puede recibir de un niño cabezón en pijama que solo alterna con un pato bailón, un pollo resacoso y un elefante rosa? Esto es una llamada a la drogadicción y a la ruta del bakalao!! (Bueno, a los afters que es lo de ahora...)





Todas las madres vivimos deseando que nuestro niño ande, que nuestro niño hable.... yo ya pagué la novatada con la otra, que cuando decidió dejar de hablarnos por señas (siempre usaba las mismas), como los sordomudos, resultó que era miembro de la Real Academia, y tenía un vocabulario más amplio que yo. Sigue corrigiéndonos a todas horas. Pero el día que en vez de llorar en la cama y quedarse durmiendo te dicen, TERO ABUAAAAA, NO TERO ESTAR SOLITOOOOO, MAMÁAAAAA, PAPÁAAAAA, TENGO CACAAAA.... o cualquier mentira con la que te atraen al cuarto para decir HOLAAAAA cuando ven tu silueta en la puerta.... ese día hemos llegado a la siguiente pantalla, aumenta el nivel de dificultad.



A partir de ese momento hay que razonar con ellos, hasta donde te dé la inventiva o más bien, la paciencia. Porque todas estas negociaciones, al menos en mi casa,  terminan igual. EA, QUE SE ACABÓ!!!!!! y detrás una exlicación para demostrarnos a nosotros mismos que un día nos leimos Crecer y MI BEBE Y YO: es que mamá tiene que cenar, mi vida... es que mamá no se puede quedar en el cole, hijo.... y que por supuesto acaban también en otro grito terminator o un portazo sin más. Y no dices más porque te contienes.



Todo sea por la paternidad moderna, pero a veces corres peligro de que se te salte un diente, o se te encaje la mandíbula; para evitar el asesinato o la cesión en adopción... y los de SER PADRES, sin enterarse!!

jueves, 21 de enero de 2010

MADRES TRABAJADORAS: CARLA ROYO-VILLANOVA

Voy a hacer un estudio monográfico sobre el arte de la conciliación laboral, y el por qué no es necesario ni bueno agobiarse por tonterías, con lo sencillo que es ser una madre trabajadora.

Me di cuenta de todo esto un día inspirado de este verano. Me compré un Vogue, más que nada porque traía una cesta estupenda para llevar las cosas a la piscina, pero es que además me encanta echarle un vistazo a esa revista de vez en cuando, porque es como asomarse a un mundo paralelo que no comprendo en absoluto, pero me divierte.... A ver, esta gente es que no va al WC, cómo todos?


Ahí apareció ante mis ojos el mundo de las MADRES TRABAJADORAS en todo su esplendor, pero no las corrientes, las del Vogue. Mi predilecta absoluta es Carla Royo Villanova, que ahora que ha creado su propia linea de cosmética se llama Carla Bulgaria, pero pronunciando la GGGGG con muuuucho estilo; por si alguien no sabe que es nuera de Simeón de Bulgaria. Además escribe, asesora, cocina, decora, viaja, es cómplice de sus hijos y maridito... se puede pedir más?? Pues hace Pilates!!!


Siempre me había llamado esta chica la atención, pero mi reverencia por su persona surgió cuando me enteré de que había escrito un libro sin el que no podemos vivir: LA SENCILLEZ DE SABER ESTAR. Y es que ella es así, absolutamente sencilla pero divina por encima de todo. El siguiente libro que descubrí me subyugó más aún, RECIBIR EN CASA Y SABER VESTIR EN CADA OCASIÓN. No sé si habréis visto los modelazos de Carlita en algunas exposiciones y banquetes, para correr a por el libro... y en la foto veis la "entradita" de su casa, tan ecléctica, un altar a su sencilla persona... 

Pero a mi la parte que me interesa de verdad es la de recibir en casa, porque me soluciona la vida: ay lo que puede hacerse con un brocado, un garaje-trastero, unas velas de IKEA, y unos manteles de la India... claro que el brocado es de nuestra abuela, del siglo no sé cual, y con él adornamos una mesa hecha de tableros que tenemos detrás de la puerta, y en la que pueden sentarse veinte o treinta comensales, los íntimos, vamos.... Esta mesa, si son algunos más de los íntimos no es problema. la ponemos en el ggggarajje, que es pequeño pero coqueto, y allí nos caben los amigos que haga falta!!! Claro que si hace buen tiempo, ¡¡¡ lo tenemos todo arreglado!! No tenemos más que esparcir por el césped del jardín cuatro o cinco manteles de la India que guardamos en un viejo arcón, qué desenfado, qué divertido!! Cierto es que para esto tendremos que tener primero el arcón. Se soluciona fácilmente yendo a Ikea, pero no tendrá el glamour del de Carla... Lo más difícil es haber ido a la India a por manteles, y sobre todo, el jardín para extenderlos... a lo mejor con un balcón podemos apañarnos!!

Sí es muy importante sacar las velas de Ikea y situarlas estratégicamente, que dan mucho ambiente.Todos estos consejos cambiaron mi vida.

Carla, que ya os he dicho que es la sencillez en persona, se desplaza en Vespa... ella es así, como Farala (la chica nueva de la oficina). Yo me la imagino subiéndose a la vespa con un pañuelo al cuello, gritando Kuuubraaaat, me voy a Ikea a por unas velas, que tenemos velada con los íntimoooos! Una ve-la-da sin velas NEVER, NEVER IN MY LIFE!!! de esto se deduce además que lleva a sus chiquillos a todas partes, claro, uno delante de ella, otro detrás y otro en la cesta de la moto. Porque sí, amigas, Carla es madre de familia numerosa!!!! Y tiene acceso a la cuota bonificada de la luz! Yo en cambio no, porque sólo tengo dos niños. de todas formas ella no gasta, se arregla muy bien con las velas de Ikea. Y para momentos solemnes, algunas de MUSGO.

Bueno, tomad nota de lo bien que puede una organizarse para ser madre, empresaria, deportista, motera, decoradora, escritora, noble dama e icono de la moda... si os quejáis es de vicio, con las mesas de brocado que monta Carla en un pis pas, después de ir a Mercadona y antes de meterse con la aspiradora... que a mijer de su casa, no le gana nadie!! 

miércoles, 20 de enero de 2010

DIOS HA VENIDO...










Me gusta mucho el cine. No soy para nada una experta, pero me encanta. Una película que puedo ver sin cansarme es MEMORIAS DE AFRICA. Preciosa la trama, la fotografía, la música... me emociona la intensa inexpresividad de Meryl Streep, y por supuesto es uno de los papelones de Robert Redford, pero lo que más me gusta de esa película con diferencia es el personaje de Farah, interpretado por Malick Bowens. Para quien no se sitúe, es el mayordomo negro de la Baronesa Blixen, y la persona que está más cerca de ella, desde el momento que llega a Kenya.


Las reflexiones de este personaje son apabullantes, podemos elegir muchos ejemplos, hay uno que encuadra a la perfección el concepto de Destino de esta gente. Cuando la Baronesa cruza el desierto en plena guerra para llevar provisiones al campamento de su marido, un león aparece una noche tratando de llevarse una vaca. La baronesa lo ahuyenta a latigazos, pero la vaca muere, y ella se llena el cuerpo de espinas. Farah trata de curarla y le dice,


"Msabu herida, ya no tiene su buey. El carro, pesado. Ya no tiene su buey. León, hambriento. Ya no tiene su buey. DIOS CONTENTO, MSABU. JUEGA CON NOSOTROS".


Se habla mucho de Dios en esta película. Karen dice que Denys le enseñó el mundo con los ojos de Dios, cuando la lleva por primera vez sobre Africa con su avioneta. Pero la frase definitiva para mi la pronuncia Juma, el pequeño cocinero al que Karen había curado la pierna. La plantación arde por los cuatro costados, la factoría se quema y Juma despierta a Karen diciendo, "Msabu, Dios ha venido".

Esta frase me vino a la cabeza hace una semana, cuando la tierra tembló y borró del mapa un país completo, un país que no difería demasiado en cuanto a personas, actitudes y expectativas de la Kenia de Memorias de Africa. Quizá sí que pasaba más hambre. Dios vino, de la mano de un terremoto terrorífico, y no dejó piedra sobre piedra. Vino el Dios de las plagas, el del Antiguo Testamento, y sepultó con su furia a los pecadores, a los niños, a las madres, a los enfermos, a los que fueron allí a ayudar en lo que podían, a los malos y los buenos, los que dormían y los que trabajaban, como si del anuncio de la coca cola se tratase.


Dios vino, y antes de marcharse, añadió tres cucharadas de caos y cuatro de desesperación, repartió machetes, sed, hambre, violencia y una profunda indiferencia por el precio de una vida humana. Desde el principio de los tiempos los haitianos han resuelto sus asuntos a machetazos. Lo hacían en Africa, y lo siguieron haciendo en Haiti, se hicieron libres a golpe de machete, y mantuvieron el precario equilibrio de la isla por el mismo sitema. ¿Por qué ahora no iban a buscar agua y alimentos con las mismas armas?


Dios ha venido y ha organizado tal desastre que ni bomberos, ni religiosos, ni marines, ni cruz roja son capaces de poner allí un poco de cordura. De vez en cuando se obra un milagro, y aparece un niño, un bebé, una anciana, que han pasado seis, siete, ocho días bajo los escombros. Pero la realidad es otra, las ciudades están sembradas de cadáveres que nadie reclama, de cuerpos sin vida que a nadie le importan, porque el estómago es lo único a lo que uno obedece cuando le desespera el hambre. Por eso hay que ir fusil en mano, para darles de comer quitándoles los machetes.


Dios ha venido, y yo la verdad es que no entiendo por qué en este caso no se quedó en su casa.


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