jueves, 16 de julio de 2009

TARDES DE PISCINA




Los calores prosperan, los retoños se aburren... nuestras tardes se repiten inexorablemente como el día de la marmota. Pues que se cansen! Hala, bajemos a la piscina del bloque, viva la vida comunitaria!


Lo primero es tener todo organizado, perseguir al peque para ponerle el pañal anti cacas flotantes (Hay QUIEN NO LO USA...), el bañador, quitarle a la otra la tele para que por fin y tras varias amenazas se ponga el biquini (no importa que lleve más de una hora suplicando que bajemos a la piscina, ahora no es nunca el momento)... lo más intrincado, ponerme yo el bañador, siempre acompañada de los dos fantasmillas yendo y viniendo, porque la intimidad es algo donde siempre están ellos incluidos , ... Y contestando con monosílabos a preguntas como "has cogido la toalla de princesas?... llevas mis gafas?... mamá, memmmm.... abbua... vas a bajar merienda?..." SÍIIIIIIIIIIIIIII.....


Aunque no lo parezca hemos logrado llegar al recinto de la piscina, casi tres cuartos de hora después de iniciada la maniobra correspondiente. Ahora viene lo bueno. El Gordo emigra a la piscina a toda velocidad tratando de tirarse dentro con la camiseta puesta, sin crema y sin corchos. Después de dos carreras, opto por agarrarlo entre las piernas sin contemplaciones mientras me quito el vestido, le pongo los corchos y extiendo las toallas para tratar de reservar un metro de suelo. La piscina parece la cabalgata de Reyes, por el nivel de ocupación, ruido y chiquillería. Algunas madres impecablamente delgadas, morenas, peinadas y enjoyadas, yacentes en sus hamacas mientras sus niños riegan al personal con sus pistolas de agua observan el panorama... lo leo en sus miradas... mmmm... la maltratadora.


Enfilamos al agua, por fin el niño deja de berrear. Este primer baño no está mal, el intrépido baby se maneja estupendamente, cree que sabe bucear como Jacques Cousteau, y campa a sus anchas con algún que otro amago de ahogamiento y rescate materno. La niña me grita desde un poc más lejos Mamá, mira como hago el pino!! Mira como me tiro de cabeza!! Mira como buceo!! Pobre, no le puedo hacer el caso que merece, pero es que parecemos un viejo sketch de los Morancos....


AL rato, con los dedos de los pies ya medio disueltos y cuando el Gordo parece un pitufo de azul que se ha puesto, lo saco del agua. Berrea. Las madres del año me miran desconfiadas. Idea genial: "no quieres pataaataaaas???" Shi, patata! Carrera hacia las toallas. Se sienta a devorar lo que le ponga por delante y la otra aparece de la nada: "A mi no me has traido merienda?" Toma, el batido, que no lo vea tu hermano... pero la ve, se bebe una parte y se ducha con el resto. Se enfada porque está sucio y sobre todo porque le he escondido las patatas... Cómo lo arreglamos, que es pronto aún?? AL AGUA PATOS!!


Esta segunda sesión es más divertida, ya no queremos los corchos: sabemos nadar!! Intento asustarlo para que se ponga los corchos con alguna ahogadilla, resultado: ahora me paso el rato haciéndole ahogadillas o las hace él mismo. Con los riñones al jerez de agacharme a sujetarlo mientras salta entre los escalones, decido que ha llegado el momento de irse: berrea. Las madres miran, esta vez de reojo. Alguna me mira con simpatía, tendrá un niño igual....


Bueno, ya le tengo en la toalla en pelotillas, todo lo mojado fuera. Como está muuuy cansado, la energía berreadora ha disminuido. Logro ponerle un pañal y una camiseta, sacar a la otra del agua y emprendemos el regreso. Lo he convencido con la promesa de cenar... asi que corre como un gamo hacia la salida, y corre hacia el portal. la niña y yo, a medio vestir, corremos detrás. Pero como está muy cansado, invariablemente se cae a medio camino, y ya me toca cargar con el niño, con las toallas, los corchos, la bolsa, las cremas... y abrir las puertas llave en mano con este hándicap.


Hemos llegado otra tarde más... no puedo disimular mi satisfacción, de aquí a una hora los tengo durmiendo!!!! Claro que primero hay que cenar, quitarse lo mojado, colgar las toallas, enjuagar bañadores, bañar niños.... pero eso es otra historia. Y debe ser contada en otra ocasión.



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