jueves, 3 de febrero de 2011

INTERNET MON AMOUR



¿Podéis imaginaros la vida sin internet? Me imagino que no mucho, ya que estáis metidos en la red y leyendo esto... sois adictos, reconocedlo. Yo lo soy. No me llevo la red de vacaciones ni me paso el día mirando el correo en el móvil, pero en la vida diaria, llevo muy mal quedarme sin conexión. Aparte del correo y las redes, que me mantienen en contacto con mis amigos, de las series que ves, de las pelis que te perdiste, libros, periódicos, las fotos y videos que guardas y envías.... prácticamente toda mi información viene ahora de la red, y más desde que programaron Bob Esponja justo a la hora de los dos telediarios!!

Pero aparte de lo obvio, cada vez hay más cosas que puedo hacer por internet, y además mucho más rápido que antes. La cita del pediatra, por ejemplo. Nada de colgarte tres horas al teléfono-ahoracomunica-ahoranolocogen del centro de salud. Cojo cita por internet y a otra cosa!! Y además puedo ver tranquilamente la hora que me convenga, que a algún telefonista parecía que le iba la vida en darte la cita que le venía bien A ÉL!!

Ver la cartelera de los cines, el horario de un museo, las farmacias de guardia, el itinerario de una procesión, la hora de salida de la cabalgata de Reyes.... todo eso ahora lo miramos por internet. Y desde que hay ipad, además, sin esperar a que se encienda nada, eso es como poner la radio.

Y la compra?? La compra es casi LO MEJOR. Hace unos días lo escribía Isabel en su estupendo blog MI VIDA CON HIJOS,  y no puedo estar más de acuerdo. Yo empecé a hacer la compra por internet cuando nació mi hijo pequeño, y no había momento en el día para arrastrar las compras a casa con el carrito en una mano, la niña mayor en la otra y el bolso colgado del cuello.  Y cuando además se me terminó la baja, peor aún. Así que probé. Y es verdad que te cobran siete euros por el servicio, pero yo creo que te sale hasta más barato que coger el coche, los niños, el carrito, recorrer el supermercado con tus dos rémoras: cómprame estooooo.... cómprame esooooo..... mira qué galletas!! cuándo nos vamos? Hacer el paseíllo por la línea de caja, eso es muuucho más estresante. Allí están estratégicamente colocados los caramelos, los cromos de hello kitty y todas esas cosas que hacen llorar a los niños y cabrean sin remedio a los padres. Además hay que sacar las seis toneladas de compra, pasarlas por la cinta y volverlas a colocar en el carro. Mi hijo pequeño, en ese momento, se especializa en PIPÍIIIIII!!!! Mamá, Pipíiiiiiiii!!! cuando no es algo más gordo y urgente que me hace sudar  metíendo prisa a la cajera o incluso abandonar el carro en manos de cualquiera y perder la vez después de llevar un cuarto de hora esperando el cobro. Luego hay que llegar al coche, volver a trasvasar el cargamento; conducir a casa, hacer varios viajes desde la cochera (aunque ahora, ésta nuestra comunidad nos ha puesto unos carritos apañadísimos, pero frecuentemente están secuestrados). Y ya te ves por fin en la cocina de tu casa, rodeada de bolsas QUE TE HAN COBRADO, porque se te han olvidado las puñeteras bolsas ecológicas.

Pues bien, si haces la compra por internet, todo empieza en ese momento. Cuando un sonriente repartidor ha dejado la compra perfectamente empaquetada en el suelo de tu cocina y además te ha dicho: Señora, ésto son los congelados, guárdelos usted lo primero. Como dice Isabel, ahí le darías al señor un morreo, como si te hubiera traido las bolsas el mismísimo George Clooney. Ni con Visa, ni sin Visa. Esta opción NO TIENE PRECIO.

Y last, but not least, o sea, lo último pero no menos importante; LAS GANGAS de internet. Bueno, los OUTLETS, (o sea). Creo que a estas alturas, si no fuera por estas tiendas, iría con un chándal del Carrefour. Quitando alguna escapada a Zara (porque está al lado de casa), más de la mitad de mi ropa la compro por internet. Pero además la compro en tiendazas donde no he puesto jamás los pies, y a precios inimaginables. Zapatos y bolsos, de alucine: Calvin Klein, Dolce & Gabbana, Guess,  Hispanitas, Reebok... y para los niños, desde juguetes a ropa pasando por botas para ir al cole o zapatillas de estar por casa. A ellos les suelo comprar con un año de adelanto, para que no me fallen las tallas, pero cosas estupendas. Y cacharros de cocina, libros.... cualquier cosa se puede comprar por internet, pero además suscribiéndose a las newsletters de los outlets, y estando un poquito pendiente, te haces con verdaderas gangas. Porque como llegues un poco tarde, ya no hay tu talla o el modelo que te gusta. Hace dos días me compré tres vestidos de Almatrichi, monísimos. Pero ya os lo conté, mientras estaba en el baño a las 7.30 de la mañana, antes de ir a levantar a las fieras. Y por 100 euros. Alguien da más?

Pues Sinde, a ver si no tocas los webs, que estás jugando con fuego.

2 comentarios:

  1. Con internet pasa lo mismo que con el papel higiénico, ¿alguna vez te has parado a pensar cómo pudo sobrevivir la humanidad sin él?

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  2. Ya ves, yo hasta las pizzas las pido por internet.... Asi no te meten prisa, y eliges tranquilamente.

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